jueves, 25 de agosto de 2011

Reflexión curricular basada en el curso de Lueny Morell

Presentado por: María del Pilar Arroyave Maya

Fecha: Agosto 24 de 2011



El curso impartido por la doctora Lueny Morell me confirma una vez más que la formación de los estudiantes de pregrado, y en especial de los programas de ingeniería, va mucho más allá que la transmisión de unos conocimientos que están consignados en los libros de texto y en las publicaciones científicas. El proceso de enseñanza – aprendizaje debe incluir el desarrollo de cualidades que le permitirán al profesional ser exitoso y enfrentar los retos del siglo XXI. Entre estas cualidades o valores se destacan la consciencia de los problemas del entorno, la creatividad, el trabajo en equipo, la autonomía y la curiosidad por los nuevos desarrollos tecnológicos en los campos de interés de su profesión.

El docente debe saber que no todos los alumnos aprenden de la misma manera y, por lo tanto, debe aplicar diferentes métodos de enseñanza con el fin de lograr capturar el interés de un mayor número de estudiantes. Independiente del método implementado, hay dos aspectos que deben garantizarse en los procesos de formación: la práctica y la emotividad. Con respecto a la práctica, está comprobado que los conocimientos y las habilidades se obtienen de manera más eficiente y se fijan en nuestro cerebro más sólidamente a través de las experiencias vivenciales que por otros medios. Aprender haciendo: aprendemos a montar en bicicleta, montándonos en la bicicleta, no leyendo y escuchando cómo hacerlo. El otro aspecto clave es la emotividad, que conlleva a la buena disposición y a la motivación. Sin embargo, el reto es cómo hacer que nuestras clases sean motivadoras y generen interés en los jóvenes. Esta no es una tarea fácil, especialmente en la época actual que hay tantas distracciones que pueden resultar más interesantes para ellos. Considero que una de las maneras de generar interés en los temas es mostrar una gama amplia de aplicaciones que tiene un tema en particular y mostrar cómo se puede hacer una apropiación de ellas.

Sin lugar a dudas, la competencia que todo estudiante y profesional de la ingeniería debe adquirir es la creatividad. Es el ingenio y la generación de nuevas soluciones lo que identifica a los ingenieros, cualquiera sea su apellido. Y, nuevamente, es un reto para el profesor hacer que sus alumnos desarrollen esa capacidad. Se podría pensar que la creatividad tiene un origen genético, es inherente al individuo, y por lo tanto es poco lo que puede hacer la educación para fomentarla. En mi experiencia docente he podido identificar que algunos estudiantes son más creativos que otros, y no necesariamente son los más dedicados al estudio y los que obtienen mejores notas. Sin embargo, también considero que existen métodos que pueden estimular y conducir a soluciones creativas a un determinado problema. Ese es el reto del profesor de ingeniería: qué hacer para que sus estudiantes sean más creativos e innovadores.

Basándome en las orientaciones presentadas en el curso y discutidas anteriormente, considero que mi práctica docente puede mejorar significativamente si incluyo las siguientes actividades durante el desarrollo de mis cursos:

• Preparar las clases siempre pensando en cuáles serán los métodos más efectivos para cada uno de mis estudiantes. Centrarme en el aprendizaje de ellos, no en mi enseñanza. Imaginar que soy un alumno más y determinar si la metodología que voy a utilizar sí logra capturar el interés del estudiante por el tema tratado y lo motiva. Presentar los conocimientos en diferentes formas: descriptivo, ecuaciones, gráficos, aplicaciones, simulaciones en el computador, entre otras. Una opción para conocer más a cada alumno es realizar una encuesta y preguntarles la manera que ellos consideran la más efectiva para lograr un mayor aprendizaje.

• Tratar, hasta donde sea posible, de buscar las aplicaciones que tengan los conocimientos que estoy impartiendo al programa específico de cada uno de ellos. Estas aplicaciones deben ser contextualizadas al entorno en que ellos viven.

• Plantear preguntas y ejercicios de diferentes grados de dificultad para ser resueltos individualmente o en grupos durante la clase y luego compartir con todo el grupo las diferentes respuestas.

• Discutir noticias de actualidad relacionadas con la asignatura o con el programa, pueden ser del periódico o los noticieros.

• Presentar videos cortos sobre el tema tratado, especialmente en aquellos momentos en los que se observe que los estudiantes están perdiendo su concentración.

• Cuestionar a los estudiantes sobre los principales problemas de su entorno que estén relacionados con el objeto de conocimiento de la asignatura, y solicitar que propongan diferentes tipos de soluciones a ese problema. Es con esta actividad que se quiere fomentar la creatividad y por lo tanto es importante que ellos sean conscientes de que están ante una situación retadora que les exige pensar en ideas innovadoras, y que la solución no está en los libros, ni la tienen otros profesores o expertos en el tema, sino que deben salir de cada uno de ellos. Compartir los resultados con el grupo.

• Utilizar métodos de aprendizaje activo, en los que se trabaje en pequeños grupos, leyendo, analizando y argumentando sobre un tema en particular. Lo discutido en los pequeños grupos se presenta luego al grupo completo. Para esta actividad se debe hacer una selección cuidadosa del tema, ya que algunos temas son complejos o requieren de conceptos previos, y por tanto el resultado no va a ser el esperado y los estudiantes pueden sentirse desorientados y que han perdido el tiempo. Los temas complejos es mejor que los explique el profesor.

• Plantear actividades prácticas como laboratorios, visitas y salidas de campo para el aprendizaje de todos aquellos temas para los que sea adecuado y pertinente hacerlo. El lema es: “Si puedes aplicar el aprender haciendo, hazlo”.

• Asignar actividades o trabajos en grupo de tal manera que la selección de integrantes sea aleatoria. Esto les permitirá conocer a otros compañeros diferentes a sus amigos cotidianos y aprenderán a trabajar en equipo.

• Con el fin de mejorar las habilidades de comunicación escrita, es importante asignar ensayos en las que ellos deben expresar sus opiniones respecto a determinado tema. Insistir en respetar los derechos de autor por lo que deben citar las referencias y además debe tener aportes personales, no todo extraído de los documentos consultados.

• Para mejorar las habilidades de comunicación oral, asignar la presentación de consultas y trabajos. Una buena práctica es hacer que los mismos compañeros evalúen las presentaciones, no tanto cuantitativamente, sino mencionando los aspectos positivos y aquellos por mejorar.

• Por último, realizar actividades y discutir temas que no sean parte del sistema de conocimientos del curso, sino que tengan el objetivo de contribuir a la formación integral y en valores personales. Y tener siempre presente que la mejor manera de enseñar estos aspectos es con el ejemplo.

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión Maria del Pilar

    Estoy de acuerdo contigo al resaltar como necesario en la formacion de los ingenieros a la creatividad, el trabajo en equipo y la comunicación oral y escrita

    Cuando el profesor indaga sobre los estilos de aprendizaje de los estudiantes obtiene informacion sobre los intereses que los motivan, sobre sus expectativas y necesidades, y con base en esta informacion, diseña ambientes práctios de aplicación del conocimiento adquirido

    Importantísmo lo que señalas en cuanto a las capacidades del ingeniero en relacion con la toma de "consciencia de los problemas del entorno, la autonomía y la curiosidad por los nuevos desarrollos tecnológicos en los campos de interés de su profesión"

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